jueves, 26 de enero de 2012

Sacrificar Santander en beneficio del Centro Botín: Renzo Piano presenta la 2ª variante de su propuesta.

Más de lo mismo: otro mal anteproyecto en la misma pésima ubicación, pero ahora tergiversando todo su entorno

Las dos variantes superpuestas: en amarillo la más reciente.
Con profunda decepción hemos comprobado el pasado 20 de diciembre cómo el arquitecto Renzo Piano no ha asimilado nada de la esencia del frente marítimo de Santander e insiste en colocarnos una variante muy parecida a la del anteproyecto que presentó el 16 de septiembre de 2011. Un edificio que para nada encaja con su entorno, carente de las más mínima integración paisajística, con el agravante de que ahora pretenden que la ciudad se adapte al edificio en vez de adaptar el edificio a la ciudad. Un ejemplo de mal hacer en todas sus facetas.

Continuando con su anterior política oscurantista, falta toda referencia al estado actual del lugar, sólo se presentan planos e imágenes de estado final, por lo cual a los ciudadanos no les es fácil hacerse una idea del impacto de esta propuesta sobre el presente. Se trata de una forma sutil de engañar a la opinión pública, como ya se hizo con el anteproyecto de septiembre y que hemos intentado desenmascarar en el anterior blog "Santander en peligro". En este aspecto, poco se ha avanzado desde la propuesta de septiembre.

Por ello y nuevamente movidos por la responsabilidad ciudadana que nos motiva, nos vemos obligados a publicar este nuevo blog para que arroje luz sobre las verdaderas implicaciones urbanas de esta segunda variante de la propuesta única de la Fundación Botín.

Replanteo de la propuesta sobre ortofoto: en blanco, trazado de jardines; en amarillo: red viaria y túnel.
La 1/4 parte del edificio sigue estando sobre el mar..
Se trata de una versión más trabajada del anteproyecto de septiembre, ahora desplazado unos 70 m hacia el oeste, pero que mantiene la mayor parte de los defectos e inconvenientes del primero, una altura, forma volumen y posición que lo hacen incompatible con su entorno. Aunque se ha estrechado ligeramente, presenta una enorme fachada oeste de 83 m de longitud. La falta de adaptación a su emplazamiento se manifiesta también por el empeño en dejar la planta baja libre, lo que generaría unas corrientes de aire continuas que devendrían huracanadas los días de viento sur. Otro tanto sucedería en el espacio que dejan los dos cuerpos del edificio.

Y qué decir de las sombras que proyectaría sobre todo el entorno peatonal y jardines de Pereda cercanos. Al ubicarse al sur de ellos se garantiza que habrá sombra en cualquier momento sobre una parte importante de su entorno, ¡siempre! En los meses de invierno -cuando el sol más se agradece- habrá sombra permanentemente al menos sobre el 10% de la zona

Las carencias e insuficiencias del anteproyecto arquitectónico pretenden disimularse mediante una insensata huída hacia adelante: el soterramiento del tráfico. Como el edificio no cabe en el muelle, no sólo lo hacen volar parcialmente sobre el mar (25% de su ocupación en planta), sino que ahora pretenden hacer desparecer la calle enterrándola. Hay que decirlo bien claro: el soterramiento es innecesario y perjudicial para el conjunto y la continuidad del Frente Marítimo de la Bahía.

Para dotar al edificio de una prestancia que por sí mismo no tiene ni puede tener se pretende así mismo remodelar la totalidad de los Jardines de Pereda de manera que todo el conjunto se enfoque hacia el Centro Botín (¿quizá entonces habría que cambiarles el nombre por "Jardines del Centro Botín"?). El diseño del espacio exterior sólo responde a la decisión de enfatizar el edificio, ignorando otros aspectos fundamentales como es la necesaria continuidad del paseo del muelle hacia Varadero, que ahora queda interrumpida radicalmente.

Ambas propuestas (soterramiento y remodelación de los jardines) pretenden enmascarar lo absurdo de esta iniciativa, que en su esencia es injustificada en su origen y mucho más aún en su formalización.

La Fundación Botín ha echado el resto y expone desde el 20 de diciembre con todo su arsenal mediático una propuesta de reforma urbana carente de justificación y que -una vez analizada- se evidencia claramente como innecesaria, inconveniente y profundamente lesiva para la imagen y el funcionamiento de la ciudad.

Con todo, se trata de un anteproyecto en estado aún embrionario con muchísimos detalles por perfilar cuyo desarrollo y concreción, de seguir con la iniciativa, cambiarán sustancialmente esta 2ª variante de la propuesta ahora presentada. Por ello, o mucho nos equivocamos, o en breve cabe aún esperar una 3ª variante.